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domingo, 18 de noviembre de 2012

Alimentos prohibidos en la hipertrigliceridemia.

La hipertrigliceridemia es una enfermedad en la que los triglicéridos se encuentran en cantidades muy elevadas en la sangre. Si no se controla esta enfermedad, puede acarrear riesgos muy importantes en el organismo e incluso llegando a la muerte. Por eso, se debe controlar la alimentación para así no aumentar o disminuír los triglicéridos.
problemas cardiovasculares

Los triglicéridos son un tipo de grasa de grasa que se presenta en nuestra sangre. Cuando se presentan más de 150 mg/dl de sangre, nos encontramos ante una hipertrigliceridemia, la cual puede acarrear complicaciones cardiovasculares severas.

Para prevenir estas complicaciones es muy importante saber qué alimentos están prohibidos en personas que  tienen los triglicéridos muy altos. A continuación os mostraremos una lista de alimentos prohibidos en hipertrigliceridémicos:


  • Carnes con grasa visible.
  • Embutidos o fiambres.
  • Lácteos enteros.
  • Mantequillas.
  • Huevo (no más de tres unidades por semana).
  • Frutas como la palta o el coco.
  • Azúcar.
  • Harinas blancas o refinadas.
  • Amasadas de pastelería.
  • Dulces o chucherías.
  • Tortas.
  • Bollos.
  • Bebidas carbonatadas regulares.
  • Zumos concentrados.
  • Snacks.
  • Todo alimento que contenga mucha cantidad de azúcar.
  • Alcohol, teniendo como máxima cantidad diaria en dos copas de vino los hombres y una copa de vino las mujeres. Esta dosis de alcohol se ha probado que da muy buenos beneficios a las personas y a su esperanza de vida, como ya hemos comentado en una entrada anterior.
obesidad.
Si una persona padece de hipertrigliceridemia suele tener también sobrepeso, por eso es importante que a la hora de cuidar la dieta para diminuír los triglicéridos también se deberá realizar ejercicio físico para la pérdida de peso. Si no se tratan tanto la obesidad como la hipertrigliceridemia es muy posible que se sufran complicaciones cardiovasculares, por eso es sumamente importante conocer qué alimentos no se deben consumir para no sufrir estas complicaciones.

Dieta antidepresiva.

La depresión es una de las enfermedades más generalizadas en la actualidad. Esta enfermedad se puede contrarrestar mediante la alimentación.
paciente depresivo

Existen alimentos que contienen nutrientes específicos que actúan sobre el cerebro, ayudando a evitar la depresión. Estos nutrientes son el triptófano, la serotonina, vitamina B, zinc, magnesio y ácidos omega 3. Todos estos nutrientes deben estar presentes en una dieta antidepresiva.

A continuación definiremos una dieta antidepresiva tipo, para que el paciente pueda tener unas pautas claras a la hora de elaborar su dieta antidepresiva:


  • Desayuno: Un tazón de avena, un huevo revuelto y un vaso de zumo de piña.
Ensalada de verduras.
  • Media mañana: Un trozo de queso de soja.
  • Almuerzo: Una taza de sopa con una cucharada de levadura de cerveza, spaghettis integrales con verduras saltadas en aceite de canola y una fruta.
  • Merienda: Un yogur con semillas de linaza.
  • Media tarde: Un puñado de almendras.
  • Cena: Una taza de sopa de verduras con una cucharada de germen de trigo, una porción de pescado a la parrilla con ensalada de vegetales de hojas verdes, tomate, zanahoria y ensalada de frutas como postre.
Este es un ejemplo de dieta antidepresiva que debe servir como totalmente orientativo para el paciente, ya que debe habituar esta dieta antidepresiva a sus gustos y hábitos.

Si el paciente lleva a cabo una dieta de forma correcta, verá revertida su depresión de forma considerable.

Las coles de bruselas

Las coles de Bruselas pertenecen a la familia de las Crucíferas, donde estarían incluidas otros tipos de coles, como el repollo, la coliflor o el colinabo, entre otros. Es una de las hortalizas que más cantidad de hidratos de carbono tiene (por lo tanto gran aporte calórico) y también una buena proporción de agua. Constituyen una buena fuente de vitamina C y folato, y en menor proporción contienten provitamina A y vitaminas del grupo B. Entre los minerales destaca la presencia de potasio, fósforo y pequeñas cantidades de calcio, magnesio y sodio.

El contenido de fibra insoluble es elevado, lo cual favorece la sensación de saciedad y el tránsito instestinal, con lo que mejora el estreñimiento y ayuda en la pérdida de peso. Aunque también debemos tener en cuenta que pueden resultar flatulentas para personas que tienden a acumular gases intestinales.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. Además, las coles son ricas en ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de la vitamina C: potente antioxidante y favorecedor de la resistencia a las infecciones y la absorción de ciertos nutrientes de los alimentos (hierro, ácido fólico, aminoácidos). 
El yodo que contienen es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides. Ésta produce las hormonas tiroideas, que intervienen en numerosas funciones metabólicas de nuestro organismo. El yodo es también esencial en el crecimiento del feto y en el desarrollo de su cerebro.
También posee, al igual que otras verduras del mismo género, una importante cantidad de fitoquímicos, que son ideales para prevenir enfermedades degenerativas y también para la estimulación del sistema inmunológico.

Gráfico propiedad de los autores del blog

Como podemos ver, su consumo habitual es muy recomendable. Además, como anécdota diremos que el jugo de la col es un buen remedio para mitigar problemas como la ronquera, ya que ayuda a suavizar las cuerdas vocales y conseguir que tengamos una voz más dulce.
Por último, haciendo click en este enlace, aprendereis una receta fácil y sabrosísima para preparar este estupendo vegetal: Coles de bruselas con jamón

Alimentos con y sin lactosa.


Cuando se sufre de intolerancia o alergia a la lactosa es muy importante saber cuales son los alimentos con y sin lactosa. Para no sufrir complicaciones severas derivadas de la ingesta de productos con lactosa, en esta entrada os proporcionaremos una lista de alimentos con y sin lactosa, para saber que alimentos añadir y cuales eliminar de vuestra dieta en caso de sufrir intolerancia a la lactosa.

Dentro de los alimentos con lactosa encontramos:
alimentos con lactosa 
  • Leche.
  • Quesos.
  • Yogur.
  • Mantequilla.
  • Todos los productos elaborados que contengan alguno de estos alimentos o provengan de alguno de ellos.

Dentro de los alimentos sin lactosa encontramos:

  • Vegetales.
alimentos sin lactosa
  • Frutas.
  • Cereales.
  • Carnes.
  • Huevo.
  • Aceites.
  • Margarinas.
  • Bebidas no lácteas.
  • Zumos naturales.

Es importante tener presente esta lista en caso de sufrir intolerancia a la lactosa, ya que la ingesta de algún alimento de los indicados en la primera lista nos podría producir problemas muy graves, por ello se deberán ingerir alimentos sin lactosa, como los enunciados en la segunda lista.

Para saber más, os dejamos un vídeo en el que la dietista Juana María González nos habla sobre la intolerancia a la lactosa:


Importancia de la alimentación

 La alimentación tiene tanta importancia para la salud como para la prevención de las enfermedades. Hay muchas enfermedades que están relacionadas con la alimentación y que son consecuencia del efecto que ésta provoca sobre la salud. La inflamación influye mucho en el organismo del enfermo, por lo que ante un estado morboso concreto se debe adaptar la alimentación para que esta no sea perjudicial sino que facilite la curación de la enfermedad. Por todo esto es importante que tanto las personas sanas como las que padezcan alguna afección lleven a cabo un plan dietético.


Dietética
La dietética es una parte de la medicina que estudia los regímenes alimentarios y sus relaciones con el metabolismo, elabora una serie de normas dietéticas para la correcta alimentación, que evitan en parte la aparición o el agravamiento de una enfermedad ya sea cardiovascular, cáncer, obesidad, diabetes, procesos patológicos del aparato digestivo o cualquier otra enfermedad. El dietista es el único que puede conocer, mediante ciertas pruebas, las necesidades metabólicas de un sujeto en cada momento de su vida. Para el enfermo, el médico sabe el tipo de alimentación que hará disminuir la concentración de grasas, de urea o de ciertos metabolitos costosos para la función deprimida de un hígado enfermo.
Los hábitos alimentarios están determinados por el comportamiento individual, pero no se pueden olvidar los factores sociales, culturales y psicológicos que influyen sobre la persona a la hora de escoger los alimentos que que va a consumir, practicar una determinada forma de preparación, elegir el horario y cantidad de las comidas, etc.

Alimentación y desarrollo
El feto depende de la alimentación que, pasando de la madre a él por vía transplacentaria, hará posible la asimilación de los nutrientes necesarios  para su constante y rápido desarrollo. En el momento del nacimiento, la dependencia del hijo para con la madre sigue existiendo y, en caso de lactancia materna, es un factor muy importante, como también lo es durante el embarazo.
Durante la infancia y la adolescencia el aporte nutritivo y energético es esencial para formación y maduración del organismo en crecimiento.
La alimentación incide asimismo en la salud mental y en el rendimiento físico. Para el trabajo intelectual se necesitan proteínas, fósforo, glucosa, aminoácidos, etc. Se ha llegado a calcular que una almentación deficiente incide de tal forma a una persona que ésta puede llegar a perder hasta el 75 % de su rendimiento y capacidad de trabajo.

Mortalidad y morbilidad

Se conoce con certeza la relación establecida entre la alimentación y los índices de morbosidad y mortalidad de una población. Una mala alimentación eleva la morbilidad a índices elevados, como es el caso de la malnutrición. Generalmente, los déficits alimentarios generan más enfermedades de tipo infeccioso y los excesos aumentan la incidencia de enfermedades cardiovasculatorias, obesidad, etc. Lo mismo ocurre como la mortalidad. Los pueblos mal alimentados tienen unos índices de mortalidad más elevados, pues la subalimentación agrava las enfermedades, aumentado los efectos de las mismas sea cual sea su causa originaria

El kebab, qué es y cómo se elabora

En Europa, la cultura del kebab proviene del Oriente medio, especialmente de Turquía, donde recibe el nombre de döner kebab (literalmente "carne giratoria"). 
A pesar de ser nombrados como la fast food más saludable, gracias al uso de carne a la plancha y a la combinación de verduras que llevan, los kebabs también pueden suponer un riesgo importante para la salud.

El problema está en la carne que se utiliza para elaborar este conocido bocadillo. Generalmente se emplea carne de cordero o de ternera, pero recientemente se le ha sumado la carne de pollo e incluso en alguna variante iraní, el pavo y el pescado. Aunque los musulmanes no utilicen la carne de cerdo, en muchos comercios europeos regentados por personas no musulmanas, sí que se pueden ver piezas de cerdo. 

También se utiliza carne picada y marinada en su composición, que consta de tendones, restos de piel y tejidos grasos. El marinado, por otro lado, suele llevar ajo, aceite, vinagre, sal, tomate, pimentón, etc. Y claro está que cuando se trata de restos y condimentos, la grasa es notable, tal es así que se ha denunciado la gran cantidad de grasas saturadas y en consecuencia, calorías que aportan los kebabs, que pueden llegar a superar las 1000 calorías por unidad en algunas variantes.

Y es que, por ejemplo, ¿cómo podemos estar seguros, de que nuestro kebab de pollo es sólo de pollo?, ¿y si lleva, además, condimentos y restos de otros tipos de carnes excesivamente calóricos? Para cualquiera de nosotros sería muy difícil identificar si un kebab es 100% vacuno o cordero, si hay pequeños porcentajes de otra especie y en este caso de cuál se trata. Por supuesto que lo que queremos es comer lo que hemos pedido y para ello tenemos que elegir un restaurante de confianza. En ese caso, bastaría con preguntarle al trabajador del restaurante por el tipo de carne que les proveen, ya que actualmente, en el etiquetado está reflejado si puede contener trazas de otras especies animales.

En este vídeo podemos ver el proceso de elaboración de los kebabs:

Metabolismo


El metabolismo es un proceso que comprende todos los cambios químicos que tienen lugar en el organismo, y por los cuales el organismo puede mantener su identidad, crecer y reproducirse. Cada uno de estos cambios sucede por la intervención de una molécula proteínica específica, las enzimas, ya que estas catalizan los procesos químicos. Estos cambios están muy lejos de ser sencillos. El metabolismo efectúa el intercambio de materia y de energía ente la célula y su medio.  Es un proceso tan controlado que no hay uso excesivo, ni desperdicio de los alimentos, por lo que sólo se produce la energía necesaria.

La absorción de los nutrientes
Todos los organismos vivos toman la energía que su vida requiere de la luz solar. Pero no todos de la misma manera; las plantas absorben energía solar de forma directa y la utilizan a través del proceso de fotosíntesis. Pero nosotros, sólo podemos beneficiarnos de esa luz solar alimentándonos de las plantas, aprovechándonos así de forma indirecta. Esta energía posibilita todos los procesos metabólicos.
Las sustancias nutritivas que ingresan a nuestro organismo son los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. En el estómago y mediante la acción de los enzimas, estos nutrientes propiamente dichos son divididos en sus componentes básicos: los hidratos de carbono, en azúcares simples que serán utilizados, principalmente la glucosa en los procesos creadores de energía; las proteínas, en aminoácidos, que sirven fundamentalmente para recomponer las proteínas orgánicas; y las grasas o lípidos, que constituyen una fuente de energía de reserva, utilizable cuando el organismo carece de la glucosa necesaria, como sucede, por ejemplo, durante en un período de ayuno en el que el organismo debe recurrir a los depósitos grasos.

Los hidratos de carbono provienen en su mayoría de los vegetales y las frutas. Son azúcares y almidones y están destinados a la producción de energía. Estos elementos son hidrolizados por la boca y el páncreas, y reducidos a sustancias más simples, como la glucosa que permite atravesar la mucosa para incorporarse al torrente sanguíneo. Una vez en el torrente circulatorio, la glucosa se transforma en glucógeno, que se va almacenar en el hígado y músculos. En los casos de carencia de azúcar, el hígado va a ser el encargado de liberar un fermento mediante el cual el glucógeno se desdobla en glucosa de nuevo para así regresar al torrente circulatorio y destinarse a las células que requieren de esta energía. Este proceso de combustión conocido como oxidación, es un proceso que se produce en el interior de las células y que necesita del oxígeno incorporado a la sangre después de haber sido incorporado por los pulmones.

Las proteínas tienen la función básica de constituir o reconstituir tejidos y además interviene en la síntesis de gran número de sustancias que forman parte de los procesos bioquímicos. La hidrolización de las proteínas implica uno de los procesos químicos más complicados que suceden en el organismo, porque los compuestos de las proteínas son originalmente ya complejos (carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, azufre y fósforo). Es un proceso que se aplica en dos etapas, la primera en el estómago y la segunda en el intestino, etapas en las que actúan los jugos gástricos, pancreáticos y entérico, hasta obtener los aminoácidos que el torrente circulatorio traslada hasta el hígado. En este órgano se produce un proceso de síntesis proteínico, del cual surgen las proteínas necesarias para la formación de tejidos, su desarrollo y renovación.

Las grasas son productoras de calor. La bilis del hígado y el jugo digestivo del páncreas concurren en el intestino, dónde comienza y termina el proceso de desintegración de las grasas, en sus componentes básicos, la glicerina y los ácidos grasos. La glicerina, hidrosoluble, atraviesa sin problema la pared intestinal. Los ácidos serán sometidos a continuación a la acción de ácidos biliares y sales sódicas. 
Atraviesan entonces la pared intestinal, y la glicerina y los ácidos vuelven a unirse. Estas grasas, en estado de emulsión vuelve por los vasos linfáticos del intestino al conducto torácico, por el que accede al torrente circulatorio. Desde allí, la grasa se distribuye en todos los tejidos que la requieren y se almacena en el tejido adiposo, que funciona como protección térmica y dónde queda como reserva energética para emergencias.