En
la actualidad, unos 200.000 millones de niños menores de cinco años sufren
desnutrición crónica, capaz de afectar a su desarrollo físico y mental a corto,
medio y largo plazo. Esta desnutrición, según la OMS, causa la muerte de entre
3 y 5 millones de niños en ese rango de esa edad cada año; se trata de una
crisis humanitaria que azota a África, Asia y Latinoamérica.
El siguiente dossier nos permite conocer mejor la situación mundial de la mano de UNICEF, una organización dedicada a la defensa y protección de los derechos de la infancia:
La
niñez es una etapa en la que se producen cambios continuamente. Una correcta
nutrición (sana, variada y que contenga todos los grupos de alimentos) es
fundamental para un buen desarrollo físico e intelectual.
Para
ello se necesitan nutrientes esenciales:
-
Proteínas de
la carne, el pescado y el huevo, que faciliten aminoácidos esenciales para
formar células y tejidos.
-
Hidratos de
carbono: fuente de energía presente en frutas, legumbres, cereales y verduras
(que además aportan vitaminas y minerales).
-
Grasas:
esenciales para la formación de membranas y el correcto desarrollo del sistema
nervioso. Las fundamentales son los ácido grasos poliinsaturados y los
monoinsaturados.
-
Hierro: ayuda
en el crecimiento intelectual. Presente en carne y vegetales de hojas verdes
(espinacas, brécol…)
-
Calcio: fundamental
para el crecimiento óseo.
-
Zinc: se
encuentra en carne, leche, vegetales verdes… Sus funciones van desde el
desarrollo inmunológico hasta el óseo/muscular.
-
Vitamina B, en
los cereales integrales.
El
control del peso y la talla es esencial para determinar el crecimiento e indicar
si la alimentación es adecuada. La desnutrición infantil viene dada por la
ingesta demasiado baja de alimentos y bioelementos esenciales en la infancia.
Ante una alimentación pobre aumentan las probabilidades de infecciones, lo que
aumenta la prevalencia de la desnutrición: se trata de un círculo vicioso; esta
situación se ve empeorada con la deshidratación y las diarreas que suelen
atacar en las zonas del planeta donde viven estos niños.
Existen
distintos grados de desnutrición, según la relación talla/peso sea levemente
anormal o alcance un déficit muy elevado. Cuanto más temprano se trate la
desnutrición más rápida será la recuperación y menores las secuelas, que van
desde enfermedades crónicas a parálisis o retraso mental.
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