La educación nutricional promueve la creación de hábitos alimentarios sanos para toda la vida ya que dota a los ciudadanos de "cultura nutricional" para que puedan tomar las decisiones adecuadas y adaptarse a un mundo cambiante. Es una tarea muy importante para nosotros los enfermeros, ya que resulta esencial para identificar y evaluar problemas nutricionales, así como para intervenir en políticas generales de salud y programas de formación en nutrición.
La nutrición es un pesado lastre para muchos países: en algunos, la subnutrición provoca hambre, malnutrición crónica y deficiencia de micronutrientes. En otros, la hipernutrición provoca sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas causadas por la dieta.
Para una alimentación adecuada se necesita: el acceso a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos; entender lo que constituye una buena dieta para la salud; y por último la capacidad y motivación para tomar las decisiones alimentarias y dietéticas adecuadas.
Para conseguir una educación nutricional efectiva, debemos ofrecer información, programas y actividades que incorporen métodos para cambiar comportamientos intentando:
- Comunicar de una forma motivadora
- Hacer incapié en mejorar, no en alcanzar la perfección
- Hablarle a las personas en un lengiaje que entiendan
- Crear una atmósfera favorable a la nutrición
- Involucrar a los individuos y a la comunidad
- Usar diversos canales para llegar a las personas en diferentes etapas de su vida (infancia, adolescencia, vejez...)
- Promover políticas públicas pro-nutrición
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