La alimentación tiene tanta importancia para la salud como para la prevención de las enfermedades. Hay muchas enfermedades que están relacionadas con la alimentación y que son consecuencia del efecto que ésta provoca sobre la salud. La inflamación influye mucho en el organismo del enfermo, por lo que ante un estado morboso concreto se debe adaptar la alimentación para que esta no sea perjudicial sino que facilite la curación de la enfermedad. Por todo esto es importante que tanto las personas sanas como las que padezcan alguna afección lleven a cabo un plan dietético.
Dietética
La dietética es una parte de la medicina que estudia los regímenes alimentarios y sus relaciones con el metabolismo, elabora una serie de normas dietéticas para la correcta alimentación, que evitan en parte la aparición o el agravamiento de una enfermedad ya sea cardiovascular, cáncer, obesidad, diabetes, procesos patológicos del aparato digestivo o cualquier otra enfermedad. El dietista es el único que puede conocer, mediante ciertas pruebas, las necesidades metabólicas de un sujeto en cada momento de su vida. Para el enfermo, el médico sabe el tipo de alimentación que hará disminuir la concentración de grasas, de urea o de ciertos metabolitos costosos para la función deprimida de un hígado enfermo.
Los hábitos alimentarios están determinados por el comportamiento individual, pero no se pueden olvidar los factores sociales, culturales y psicológicos que influyen sobre la persona a la hora de escoger los alimentos que que va a consumir, practicar una determinada forma de preparación, elegir el horario y cantidad de las comidas, etc.
Alimentación y desarrollo
El feto depende de la alimentación que, pasando de la madre a él por vía transplacentaria, hará posible la asimilación de los nutrientes necesarios para su constante y rápido desarrollo. En el momento del nacimiento, la dependencia del hijo para con la madre sigue existiendo y, en caso de lactancia materna, es un factor muy importante, como también lo es durante el embarazo.
Durante la infancia y la adolescencia el aporte nutritivo y energético es esencial para formación y maduración del organismo en crecimiento.
La alimentación incide asimismo en la salud mental y en el rendimiento físico. Para el trabajo intelectual se necesitan proteínas, fósforo, glucosa, aminoácidos, etc. Se ha llegado a calcular que una almentación deficiente incide de tal forma a una persona que ésta puede llegar a perder hasta el 75 % de su rendimiento y capacidad de trabajo.
Mortalidad y morbilidad
Se conoce con certeza la relación establecida entre la alimentación y los índices de morbosidad y mortalidad de una población. Una mala alimentación eleva la morbilidad a índices elevados, como es el caso de la malnutrición. Generalmente, los déficits alimentarios generan más enfermedades de tipo infeccioso y los excesos aumentan la incidencia de enfermedades cardiovasculatorias, obesidad, etc. Lo mismo ocurre como la mortalidad. Los pueblos mal alimentados tienen unos índices de mortalidad más elevados, pues la subalimentación agrava las enfermedades, aumentado los efectos de las mismas sea cual sea su causa originaria
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